LAS ENFERMEDADES DEL ROSAL (1)
El gran valor decorativo y ornamental de las rosas puede sufrir un duro golpe si lo atacan enfermedades, insectos y hongos. Antes que nada, el rosal tiene que tener un mínimo de mantenimiento. Que le de el sol al menos durante 5 o 6 horas al día, regar diariamente y que tenga un terreno de calidad, proporcionará a nuestro rosal de una vida larga y saludable. Pero a veces eso no es suficiente y se ve atacado y dañado. Conozcamos primero las principales enfermedades del rosal.
Empezaremos primero por los hongos:
El Oídio (Sphaeroteca pannosa) y el Mildiu (peronospora). Atacan a las hojas con unas manchas amarillas y parduzcas. Estas manchas derivan en un moho blanco o gris y provoca la defoliación del rosal y una pérdida de vigor. Estos hongos proliferan muy deprisa y si no se ataja a tiempo pueden extenderse rápidamente a las rosas y plantas más cercanas. Atacan sobretodo a los rosales más jóvenes y su afectación crece en condiciones de humedad alta, por lo que es aconsejable siempre una buena aireación del rosal. Los fungicidas a base de azufre son los más indicados tanto en su prevención como en el atajo de esta enfermedad.
Mancha negra (Marssonina rosae) Es una enfermedad propia de las rosas. Afecta a la cara visible de las hojas del tallo, con unas horrendas manchas negras de formas irregulares. Si no se trata a tiempo la planta puede verse completamente sin hojas y así debilita a la planta, lo que afecta en verano a su floración. El calor extremo y las lluvias copiosas pueden agravar esta situación. Para prevenir esto, debemos mantener limpio el terreno y tener el rosal bien aireado, así circulando el aire se evita la humedad en la parte superior de la planta. Como prevención existen unos fungicidas a base de cobre, que se aplican en periodos de reposo de la planta. Las rosas rugosa y las polyanthas y sus híbridos, son las más resistentes a la mancha negra.
Botritis (Botritys cinerea) También llamada
podredumbre de las flores. Ataca a muchos tipos de
flores y plantas ornamentales y la rosa es una de sus preferidas. Como todos los hongos la humedad alta es uno de los factores que provocan su desarrollo y que ataque a la planta, pero como el oídio y el mildiu, no soporta la calor. Por ello es muy importante tener el rosal bien aireado y que le de el sol una buena parte del día. Así, si a nuestro rosal le ataca la botritis su primeros síntoma será su debilidad. Poco más tarde aparecerá un moho de color negro con una pelusilla grisácea. Este moho contiene unas esporas que provoca la reproducción y el contagio de esta enfermedad. Existen fungicidas y productos específicos para la botritis, con el nombre común de iprodione y sus derivados.
Chancro de los rosales (Coniothyrium fuckelii) Este hongo ataca a las ramas y al tallo de la planta y puede provocar que se seque completamente. El ennegrecimiento del tallo y de las hojas, es signo evidente del ataque del chancro de los rosales. Ante una afectación así hay que podar inmediatamente las ramas afectadas ya que si ello afecta al tallo puede matar nuestro rosal. Fungicidas a base de fosetil-aluminio al 80% y los basados en cobre funcionan bien contra este hongo.
Comentarios
Publicar un comentario