MANTENIMIENTO DEL ROSAL (1)
El rosal necesita una serie de cuidados y mantenimientos diarios para que crezca sano y vigoroso. En unos pequeños artículos iremos indicando los cuidados diarios y esenciales que necesitan nuestras rosas. Hoy nos centraremos en el riego y abono de nuestro rosal.
El suelo del rosal tiene que permanecer ligeramente húmedo todos los dias. Es importante que esa humedad sea constante, evitando tanto el estancamiento y humedad excesiva como la sequedad del terreno. Las raíces del rosal no se llevan bien con el estancamiento del agua y por tanto deberemos tomar las medidas necesarias para un buen drenaje del terreno, evitando hoyos cerca del rosal. El riego tiene que ser diario, siendo necesario regar varias veces al dia en primavera y con temperaturas altas. Debemos evitar el riego nocturno en otoño y primavera, porque el estancamiento del agua en el tallo y hojas en estas épocas del año puede provocar un brote de hongos en el rosal. Así, también como medida general, regaremos por las mañanas y evitaremos mojar en exceso las hojas.
Con un rosal grande, deberemos tener en cuenta que sus raíces serán bastante extensas. Así, el área de riego deberá ser mayor cuanto más grande y frondoso sea nuestro rosal. Es por ello que al plantar el rosal debemos dejar espacio suficiente para el desarrollo de sus raíces.
Los nutrientes esenciales en el abono de nuestros rosales, serán básicamente a base de potasio, nitrógeno, fósforo y hierro. Lo mejor seria ofrecer a nuestras rosas abono orgánico (estiércol) con un poco de abono químico en forma líquida. El primer abono es cuando realizamos el primer plantado y aquí será necesario un abono orgánico, turba o estiércol, ya que estos poseen más alimento y principios activos para las plantas. Además al ser abono de origen orgánico, su liberación es lenta, así cuando llegue la primavera tu rosal tendrá ya todos los nutrientes para su floración.
En primavera y antes del verano, podemos utilizar abono químico líquido, que normalmente son de liberación rápida. Hay que tener la precaución de no tocar las hojas o los capullos de las rosas directamente con el abono, ya sea líquido o sólido. Volveremos a abonar el suelo en otoño. Antes de abonar se deberá regar, así se activan antes sus principios orgánicos. Como resumen abonar en otoño, preferentemente estiércol o abono orgánico, en primavera antes de su floración abono químico sólido, despues cada tres o cuatro semanas abono líquido hasta principios del verano.
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