MANTENIMIENTO DEL ROSAL (2) - LA PODA
La poda de un rosal es indispensable para mantener la planta sana y vigorosa. Fundamentalmente se realiza para eliminar brotes retorcidos o caídos, enfermos, para reducir su tamaño o en determinados casos por estética. La poda del rosal se deberá realizar a finales del invierno, siempre después de la temporada más fria para evitar heladas. Si podamos antes nuestro rosal, los capullos de la rosa podrían florecer antes de tiempo y morir a consecuencia del frío. Por tanto, como regla general se podará entre la segunda quincena de febrero y la primera de marzo.
Para rosales modernos con más de una floración,
como las Polyanthas o los Híbridos de Té,
necesitarán otra poda en verano. En general los dos primeros años no hará falta una poda demasiado intensa y solo se realizará con brotes secos o enfermos y en el caso de rosales arbustivos, de mata, trepadores o arbolillos, para empezar a dirigir su desarrollo en una u otra dirección.
A medida que el rosal va creciendo, habrá que intensificar la poda para dar más luz y favorecer su crecimiento y su aireación. En rosales sanos ya formados, no hay que tener miedo a una poda intensa, ya que el rosal es una planta que se repone muy bien y sus brotes crecen mejor y más robustos después de cada poda.
Hay que estar bien preparado, teniendo cuidado con las espinas, con guantes y una tijera de podar en condiciones y bien afilada. La poda se realizará de un solo corte y ligeramente en oblicuo, siempre por encima de la yema. En los rosales injertados deberemos eliminar los chupones, es decir, todos aquellos brotes que crezcan por debajo del injerto. Estos chupones crecen a parte del rosal principal, formando un tallo propio. Debe eliminarse porque puede matar la planta principal.
Al finalizar la poda deberemos aplicar en el corte una masilla de curación especial. También deberemos limpiar y eliminar los restos de la poda ya que si existe algún brote enfermo, cabe la posibilidad de que vuelva a contagiar al rosal. Al eliminar el resto de la poda es un buen momento para rastrillar, limpiar y abonar el suelo de nuestro rosal.
Comentarios
Publicar un comentario